sábado , 7 de septiembre de 2024

Arte tokenizado: una nueva oportunidad financiera digital

La abogada y notaria, Cristina Amella brindó un taller sobre Arte Tokenizado en el espacio Sinergia dentro del predio de la Bienal internacional de Escultura, con el objetivo de realizar un acercamiento al mercado digital y así también garantizar una accesibilidad más democrática de las obras.

La abogada explicó que La tokenización nació durante la pandemia, allá por 2022, cuando el mundo tuvo que recluirse por la cuarentena. Esta transversalidad logró una vinculación entre el derecho y la tecnología con el objetivo de poder tokenizar obras.

En Europa, lo que sucedió fue que un grupo de galeristas, al ver peligrar su trabajo, buscó alternativas de financiamiento. En Bélgica, un museo  tokenizó la obra “Carnaval de Binche”, para lo cual se logró un trabajo con una empresa de Blokchains, siempre con un aval jurídico.

Otro ejemplo que brindó fue el famoso “El Beso” de Gustav Klimb que se vendió en 10 mil exclusivos trozos en formas de vales digitales: cada token a un valor de 1852 euros.

¿Qué significa esto entonces?, que cada token es un valor digital financiero, el cual además puede incorporarse al testamento de la persona que lo posee y adquirir un valor mayor dentro del mercado. Éste es un bien digital, que representa algo pero es fijo, no fluctúa como la criptomoneda, sino que se trata de una cuota de valor.

La pregunta que se hace Amella es entonces, en el marco de la Bienal Internacional de Escultura, ¿pueden las obras del Chaco tokenizarse, teniendo en cuenta el crecimiento de este mercado y el interés cada vez mayor que existe en ellos? Remarcó en este aspecto, la visita de los embajadores de varios países europeos que se encuentran recorriendo la bienal.

En este aspecto, volvió a esclarecer: “Nosotros nos acercamos a la tecnología a través de la seguridad del derecho”.

Pero existe otra pata fundamental que se debe tener en cuenta para lograr la instalación de este mercado: la accesibilidad a la tecnología a través de la conectividad, la cual debe estar garantizada por un estado presente, y que debe ser además accesible y de buena calidad. Junto a ello está también el hecho del conocimiento y educación de las personas sobre tecnología.

De lo analógico a la digital

Amella remarcó algo: se está produciendo la mayor migración del ser humano en la historia y se está dando del mundo analógico, al digital.

A pesar de que todavía existen muchas dudas al respecto de este mercado incipiente, insistió en que esto también implicaría un mayor acceso al arte, ya que muchas personas podrían ser copropietarias de una obra, teniendo parte de un valor de la misma y que en un futuro ese valor podría ser vendido a uno mayor, pero nunca menor.

Hay que tener en claro que la obra de arte física sirve de garantía y que los NFT son una parte de valor de un producto, físicamente existente.

El debate, recién comienza porque todavía hay cuestiones a resolver, como qué sucedería si se llegara a destruir la obra.  Sin duda, implica un gran desafío.

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