El escultor chileno, Alejandro Mardones Guillen, se encuentra fascinado por el contacto que hay entre la gente y el artista en la Bienal de Escultura, porque “uno muchas veces es como un ratón de taller” por lo que no cuenta con opiniones distintas sobre la obra durante el proceso de creación.
“El contacto con la gente es parte de este evento, es un aprendizaje horizontal donde uno viene a aprender también acá”, asegura.
Por otro lado también destaca la producción con la que cuenta, algo que le generó una “tremenda impresión” porque “se te hace más fácil trabajar con este nivel. He participado en simposios pero ésta es mi primera bienal. Estoy impactado pero para bien”.
Su obra se llama Multiplicidad y explica en una línea: “Es la conjunción de varias esculturas en una sola”.
La experiencia con los colegas, en sus palabras, es la siguiente: “Pasa lo mismo que con la gente, es un enriquecimiento muy transversal, porque si bien trabajamos el mismo material tenemos distintas técnicas y formas. Son culturas, aprendizajes y poder estas con otras personas son cosas que influyen que te hace más increíble la experiencia”.