Percy Raúl Zorrila Soto, el escultor peruano por la competencia internacional de la Bienal de Escultura Chaco 2024, está viviendo su segunda experiencia en el evento de arte. En 2014, compartió el taller con los 12 competidores, pero estuvo como único suplente. Cuenta que trabajó a la par, aunque su obra “no entró a concurso” en esa oportunidad.
“Yo creo que la Bienal tiene un crecimiento, hay una extensión hacia otras áreas de las artes. Ha ido adquiriendo madurez, en el teatro, la música, los conciertos sinfónicos, la cerámica; la artesanía sí estaba”, explica.
Además, indica que también ve una expansión con respecto a la experiencia adquirida. “Ahora tenemos un centro con asistencia técnica muy especializada y muchas máquinas a disposición; que también tuvimos en aquella vez, pero ahora se ve un trabajo mucho más coordinado”, recalca.
La experiencia de trabajar a la par con otras artistas “siempre te enriquece”, señala Zorrilla. “Ver lo que ellos hacen, contemplar cómo trabajan, sus experiencias, porque vienen de muchos eventos también. Esa amistad que se crea, se sigue cultivando”, detalla.
De lo técnico organizativo al intercambio amistoso, la identidad ciudadana en torno al arte es algo que cada artista destaca. “El público integra muy bien a lo que es el arte a su vida cotidiana, como ciudadanos. El arte se incorpora a esa identidad. El caso de Chaco es una singularidad dentro de las ciudades que uno puede visitar, encontrar una ciudad con tanta obra (artística) pública”.
Lo que conoce de Argentina se limita a esta provincia, la de las artes escultóricas, “me gusta su cordialidad y calidez, producto también de ese proceso tan identificado con los artistas. Es un feliz encuentro”, remarca y continúa con una mañana de intenso trabajo con una obra ya empieza a tomar su forma.
LA OBRA
Su proyecto “Ritmo cósmico” parte de una abstracción geométrica que es un concepto que Zorrilla trabaja hace más de 30 años. “Es producto de lo que cada artista va encontrando como su lenguaje. En mi caso la geometría es importante”, explica.
El escultor ya tiene una cercanía con la manipulación del metal como materia prima en su carrera creativa. El proceso de competencia deja una multiplicidad de sensaciones, aunque el reloj avanza. “Todavía hay muchas cosas por resolver y realizar para llegar a culminar todo lo que debemos hacer. Es un proceso lento, que implica cortar el metal, curvarlo, la soldadura”.