La Bienal del Chaco es bastante rara, es más bien, como lo señalan algunos de los propios escultores, un encuentro entre colegas. Y no se trata solamente de una frase bonita para propagarla, es algo que se ve en el día a día.
Como lo muestra la imagen, si alguno de los escultores necesita ayuda, no solamente cuenta con el apoyo técnico que se le destina, sino también con el consejo, la visión y por supuesto, la ayuda de otro escultor.
Son días que apremian, (ya estamos a tres días de finalizar la competencia) y muchas veces el escultor no encuentra la forma o simplemente está tan ensimismado en su pensamiento, que requiere de algo más o alguien más para avanzar.
El escultor Billy Lee de Estados Unidos, (vestido de overol) esta mañana se acercó a su colega Emrah Önal de Turquía y lo ayudó con algunas cuestiones. De hecho, se puso la máscara, encendió la máquina y comenzó a soldar en una parte de la escultura de su compañero.
No solamente intentando acercarse hablando un idioma en común, (el inglés), sino también tratando de entender el concepto que quizás debería manejar su colega, que evidentemente, necesitaba una mano, que fraternalmente llegó.
Esto demuestra la amistad y compañerismo que se genera entre los participantes, más allá de culturas, idiomas y banderas. Idea que se repite en cada año que se realiza la Bienal en Resitencia.