¿Qué tienen en común las historias de vida de Hugo “Pachi” Tamer, Daniel Cerezo y Teresa Frías? Tres rotundas vidas, vidas marcadas, vidas de redención.
¿Y cuál es la correspondencia de Gaspar Gracia Daponte con ellos? Relacionar esos denominadores comunes a la vida de otro hombre y los efectos siderales de sus sueños en la sociedad. Estamos hablando de Fabriciano Gómez, la Fundación Urunday y la Bienal del Chaco.
El arte como agente transformador fue el meollo; una conferencia magistral que tuvo sus dosis de sensibilidad, de coaching, de revelación, de motor desafiante.
Daniel Cerezo, músico y psicólogo social conmovió a la audiencia. Relató su origen y pertenencia a la villa desde donde pudo transformar un destino trágico. Y este Cerezo cuya vida pulsaba, clamaba por la superación cruzó las fronteras infranqueables de la fatalidad coyuntural y una vez salvo, entendió o tuvo la necesidad de invertir su vida en la salvación de los demás, cumpliendo alguna ley de la vida que habla de la devolución, del amor. Hoy, desde la Fundación Creer Hacer.
Pachi Tamer es publicista, un creativo con talentos que lo llevaron a Estados Unidos a trabajar y triunfar. Sin embargo, una sumatoria de hechos dramáticos lo impulsaron a la desolación. El encuentro fortuito con un mendigo en la calle, lo puso en perspectiva de que su infelicidad no merecía ser tal. Tamer se refirió a la pobreza –la pobreza de la miseria material y la confrontó con estereotipos culturales de belleza y éxito que produce el mercado, mostrando la falacia, perversión, influencias nefastas. Arengó contra la indiferencia, e invitó a que vayamos esculpiendo nuestra propia vida
Teresa Frías es española, doctora en Ciencias Físicas y su historia fue/ es un viaje donde en cada etapa hubo/hay un “recalculando”. Su experiencia fue el recorrido para llegar a un lugar de poder, a un estatus quo envidiable y de aparente plenitud, que incluye haber sido posibilitadora de la creación de miles de puestos de trabajo. Hubo un clik en su realidad –la leucemia que le marcó ese “recalculando” del GPS haciéndola elegir, decidir un escenario de vida sencillo para poder disfrutar la vida.
¿Qué tuvieron en común estas tres charlas, qué dejaron? Entender que la pobreza cultural es tan cruenta como la pobreza material; diferenciar formas y fondo, huir de la pobreza del egocentrismo; que la necesidad es una oportunidad; asumir la responsabilidad de la realidad y ser agente de la transformación; la receta de no abandonar la capacidad de soñar; saber que la vida está llena de maestros y de manos abiertas; que no hay que tener miedo al cambio aunque haya un aparente abismo delante; entender que vamos esculpiendo nuestra propia vida.
Personas que vencieron estigmas, ensancharon el horizonte de los sueños y los ideales
Desplazaron el ego entendido como mezquindad porque uno es con el otro, en tanto el otro; uno se realiza en el otro.
Tras las tres historias de vida, Gaspar Gracia Daponte, director de Desarrollo Institucional de Fundación Urunday se refirió a un hombre, Fabriciano Gómez, una institución, la Fundación Urunday, un destino en marcha, la transformación de la sociedad.
Tuvo viso revelador conocer los interiores de la Bienal, el esqueleto, el andamiaje que sostiene la mayor industria cultural del Chaco. Uno ve la fiesta, el bullicio, pero detrás hay una maquinaria en funcionamiento, hay mil detalles que deben sincronizar en un todo de ingeniería.
Gracia Daponte referenció el plan estratégico de la Fundación Urunday que tiene como vector la transformación social. Un plan sustentable y dirigido a hacer del arte un bien de todos.
Desde sus orígenes modestos en 1988, con el primer concurso de madera en la plaza, transitando un crecimiento siempre ambicioso y agudo, de intuición inteligente, hasta las prestigiosas Bienales de hoy, convertidas en una monumental celebración identitaria graficó el experto.
Tras bambalinas, el trabajo arduo y sistemático para lograr la certificación de normas de calidad ISO 9001, un privilegiado tercer lugar en el ranking de eventos culturales del mundo, una primacía en los canales digitales y electrónicos, el seguimiento de la Unesco para convertir a Resistencia en patrimonio mundial de la Humanidad, una labor exhaustiva en la profesionalización de la institución y la expansión del proyecto hacia cielos cada vez más altos.
“La Fundación Urunday, hace del arte un agente transformador y construye un fenómeno de pertenencia que nos tiene que poner orgullosos”, definió.
En consonancia a las charlas previas, la reflexión concluyente fue que uno es artífice de su propio destino y del destino, incluso colectivo.
Nota: La conferencia magistral El arte como agente transformador juntó a Hugo Tamer, Danbiel Cerezo, Gaspar Gracia Daponte y Teresa Frías. Tuvo por prefacio un mapping exuberante de cielos y arabescos en el techo del Domo del Centenario, obra del artista visual Néstor Braslavsky.
El broche de cierre lo dio el músico y multi instrumentista Alejandro Acosta, interpretando en vivo el Himno de la Bienal 2016 Equilibrium.