Una de las escultoras que participa de la Bienal Internacional de Escultura, la canadiense Pascale Archambault, reconoció que los visitantes de este gran evento cultural “participa mucho” y es “muy especial”. “Estoy impresionada”, dijo.
“Es extraordinario porque la gente participa mucho”, sostuvo Archambault. “Estoy impresionada por la cantidad de gente que viene, que mira y que están interesadas e impresionadas. Y que regresan cada día para ver la obra ir cambiando”, contó.
“Sólo en Guatemala vi algo similar en relación a la cantidad de gente. Pero aquí el público es especial. Ver también muchas esculturas en las calles que no tienen grafitis ni nada es algo muy impresionante también”, añadió.
Ecuanimidad de ánimo
“Mi obra propone un pie que da un paso, en todas las direcciones posibles, hacia el desarrollo colectivo y la participación en búsqueda del equilibrio entre el ser y el medio ambiente”, contó la artista al presentar su proyecto al Comité Organizador de la Bienal.
“En la punta del pie, en contrapartida, represento nuestro planeta. La tierra formada por manos, que representan el ser humano. Manos que, con el trabajo y el esfuerzo, buscan conjuntamente la igualdad y la armonía. La escultura entera representa un ideal de la unión que deberíamos recrear para obtener un equilibrio y una ecuanimidad entre todo”, sostuvo.